Jiisan Baasan Wakagaeru

Shouzou Saitou y su esposa, Ine, han estado casados ​​durante casi sesenta años. Aunque no se han hecho ricos ni han podido irse de luna de miel en todo ese tiempo, su amor se ha mantenido firme. La pareja pasa sus días tranquilamente cuidando un huerto de manzanos y recibiendo visitas de su amada familia.

Mientras cuidan el manzano que plantaron el día de su boda, que se partió por la mitad durante un tifón, la pareja nota una manzana dorada que cuelga de una de las ramas. Deciden comerse la manzana en casa y, a la mañana siguiente, la pareja se despierta y descubre que han vuelto a ser jóvenes.

En sus cuerpos nuevos pero familiares, Shouzou e Ine pueden vivir la vida como nunca antes: participan juntos en actividades más modernas, como participar en un festival deportivo y jugar videojuegos. A medida que reviven los recuerdos de su joven amor, el romance entre ellos se reaviva, inspirando sentimientos similares en los miembros más jóvenes de su familia.